Lxs Bandolerxs finalmente
lograron cruzar limites ficticios, fronterizos. Fueron muy bien recibidos del
lado llamado “Colombia”… tanto que hasta la joven oficial aduanera, se entusiasmó
con la idea de la cafetería ambulante. Acto seguido del otorgamiento de los 90
días para que el Caracol y sus tripulantes recorran tierras andariegas, la
joven confirmó que lxs bandolerxs estaban llegando al lugar adecuado.
El Santuario de las Lajas quiso
ser el primer lugar de abrigo… pero ante la falta de tabaco y la actitud
extremadamente devota y peregrina de sus habitantes, que confiesan con pesar no
tener tabaco para vender (pero si espumosa cerveza); y siendo la noche
lloviznosa y fría, lxs bandolerxs resuelven transitar 5 kilómetros más y llegar
así al pueblo del que habían escuchado hablar: Potosí. Alli fuman tabaco y
debaten cómo solucionar el problema del caparazón del caracol. Se ha caído una
vez más y amenaza con seguir haciéndolo si las carreteras con las que se
encuentra están pozeadas y no se refuerza.
Asi es que comienza el caminar
las calles de Ipiales, explicando que hay un caracol con su caparazón en estado de
emergencia. Aparecen Wilmer y Giovanni, dos jóvenes muchachos de pocas palabras
que saben con sus silencios confirmar que se podrá contar con ellos, con sus
herramientas y su amabilidad.
Gracias FerreLaminas por ser
parte de nuestra aventura; enseñándonos que no hay mejor maestro que aquel que
humildemente se despoja de lo que tiene para compartirlo. Aquel que trabaja en silencio
a tu lado, observándote y guiándote para que sigas caminando. Aprendiendo.
Colombia se abre para recibirnos
y nosotrxs estamos inmensamente dispuestos a penetrar en ella.